Microsoft va camino de convertirse en el Netflix de los videojuegos, teniendo en cuenta el éxito rotundo de su servicio de suscripción Game Pass. La idea es sencilla: los jugadores pagan una cuota mensual (a partir de 9,99 dólares para las suscripciones específicas de PC o Xbox) y reciben acceso a una cartera curada de experiencias de juego. La plataforma se ve reforzada por el hecho de que los títulos first-party de Microsoft están disponibles desde el primer día para los suscriptores de Games Pass. Sólo en 2021, este enfoque de Microsoft dio a los jugadores acceso a juegos como Halo Infinite, Age of Empires 4, Forza Horizon 5 y el increíblemente peculiar Psychonauts 2. Pero, ¿merece la pena tener una suscripción a Games Pass, renunciando así a la propiedad de esos juegos reales?

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