En unas declaraciones para Tom's Hardware, Intel ha anunciado una ampliación de la garantía de dos años para sus procesadores Core de 13ª y 14ª generación. Esta decisión se produce en respuesta a los informes generalizados de fallos e inestabilidad que afectan a una amplia gama de modelos, desde chips insignia de gama alta a ofertas de gama media. La ampliación incrementa de tres a cinco años el periodo de garantía estándar para la mayoría de los procesadores en caja, e incluso los modelos de edición limitada pasan de uno a tres años. Con esta medida se pretende tranquilizar a los clientes y mitigar las preocupaciones sobre posibles daños a largo plazo en los chips afectados. Intel ha identificado el voltaje excesivo como la causa del problema, que ha provocado fallos inesperados del sistema y pantallas azules de la muerte (BSOD), sobre todo durante los juegos y otras tareas exigentes.

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