Intel cuenta con una financiación de 8.500 millones de dólares para la Ley CHIPS, posiblemente a finales de año
Los recientes problemas financieros de Intel han llevado a la compañía a adoptar severas medidas de reducción de costes, incluyendo recortes de plantilla y retrasos de proyectos. Sin embargo, queda un resquicio de esperanza: al parecer, Intel se encuentra en las últimas fases para conseguir 8.500 millones de dólares de financiación directa del gobierno estadounidense en el marco de la Ley CHIPS, que se entregarían a finales de año. La posible financiación llega en un momento crucial para Intel, que ha estado lidiando con problemas financieros. La empresa registró unas pérdidas de 1.600 millones de dólares en el segundo trimestre de 2024, lo que ha provocado contratiempos a corto plazo. Sin embargo, gracias a fuentes cercanas al Financial Times, nos enteramos de que el objetivo de financiación de Intel representará la mayor parte de la Ley CHIPS, lo que supondrá un enorme impulso para la fabricación de semiconductores en Estados Unidos.
De cara al futuro, la posible financiación de la Ley CHIPS podría servir de catalizador para el resurgimiento de Intel, tranquilizando tanto a los inversores como a los clientes sobre el futuro de la compañía. Un elemento clave de la estrategia de recuperación de Intel reside en el aumento de la producción de su avanzado nodo 18A, que debería convertirse en el principal motor de ingresos de su unidad de fundición. Este avance, junto con el respaldo gubernamental previsto, sitúa a Intel en una posición que le permitirá arrebatar cuota de mercado a empresas consolidadas como TSMC y Samsung. La empresa ya se ha asegurado clientes de alto nivel como Amazon y (supuestamente) Broadcom, lo que indica su creciente atractivo en el sector de la fundición. Además, la mejora de las capacidades de fabricación nacional de Intel se ajusta bien a los posibles mandatos del gobierno estadounidense para que empresas como NVIDIA y Apple produzcan procesadores localmente, una consideración impulsada por la escalada de las tensiones geopolíticas.
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