Se ha identificado un fallo de seguridad crítico conocido como "Sinkclose" (CVE-2023-31315) en todos los procesadores AMD desde 2006, que puede afectar a cientos de millones de dispositivos en todo el mundo. Esta vulnerabilidad permite a agentes malintencionados aprovecharse de la arquitectura del chip, dando lugar a un acceso no autorizado a datos sensibles. Los investigadores Enrique Nissim y Krzysztof Okupski, de la empresa de seguridad IOActive, han revelado que la vulnerabilidad puede explotarse a través de diversos métodos, lo que permite a los atacantes extraer información confidencial de los sistemas afectados, incluidas contraseñas y datos personales. El problema es especialmente preocupante, dado que está presente en todas las CPU de AMD fabricadas en los últimos 18 años y su uso generalizado tanto en entornos de consumo como empresariales. Sin embargo, para explotar esta vulnerabilidad, un atacante debe poseer acceso al kernel del sistema. La descarga de archivos infectados con malware puede activarla, por lo que se recomiendan medidas generales de segurida.

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