Los aranceles encarecen un 15% los equipos de las fábricas de obleas estadounidenses

A medida que EE.UU. se esfuerza por recuperar la fabricación de semiconductores, las máquinas necesarias para convertir el silicio en los procesadores más avanzados del mundo son cada vez más caras y difíciles de conseguir, gracias a los aranceles. Las fundiciones que están construyendo nuevas fábricas informan de que el equipo especializado del que dependen, desde los steppers de litografía ultravioleta extrema (EUV) hasta las cámaras de deposición química de vapor, tiene un sobreprecio de aproximadamente el 15% en comparación con el equipo similar que se vende en el extranjero. Hay varios factores en juego. Las materias primas, cuarzo de alta calidad para las cámaras de vacío y aleaciones metálicas exóticas para la óptica de precisión, han subido de precio. Al mismo tiempo, los componentes clave, como las etapas de movimiento ultrapreciso y los sensores de alineación, escasean, lo que a veces alarga los plazos de entrega de subsistemas críticos más allá de los 18 meses. Para un fabricante que se apresura a pasar de un proceso de 7 nm a uno de 5 nm, estos retrasos pueden suponer el incumplimiento de unos objetivos de aceleración muy ajustados y retrasar el lanzamiento de productos.

Los fabricantes de chips más pequeños son los más afectados. Con menos pedidos para negociar descuentos por volumen, las fundiciones de segundo nivel pueden ver cómo sus presupuestos de capital se disparan un 20% o más. En respuesta, algunos están adoptando un enfoque mixto, adquiriendo herramientas básicas como hornos de oxidación y procesadores térmicos rápidos de múltiples proveedores, mientras reservan acuerdos con un único proveedor para sistemas de alto riesgo como los escáneres EUV. El apoyo gubernamental a través de la Ley CHIPS ofrece una red de seguridad parcial, ayudando a subvencionar los gastos de capital. Sin embargo, incluso con subvenciones y créditos fiscales, los retos persistirán. El éxito dependerá de la estrecha coordinación entre las fábricas, los fabricantes de equipos y los responsables políticos para controlar el aumento de los costes, acortar los plazos de entrega y mantener en marcha el renacimiento del chip en Estados Unidos.

Fuente: SemiAnalysis, vía Jordy Beuving en X